El Poder De Las Palabras… sin Emoción No Serían Nada.

¿Alguna vez has dicho cosas que no has sentido y otras veces has dicho frases, palabras y discursos, que sí has sentido?. Seguro que muchas veces has experimentado la alineación perfecta entre las palabras que salían por tu boca y los sentimientos de amor incondicional, de paciencia y de respeto infinito.

Todo esto es más fácil si pensamos en alguna vez que hemos estado con bebés y/o con animales. Con ellos es realmente fácil aplicar de forma natural, todo nuestro amor incondicional, paciencia y respeto. Ellos son nuestros maestros. Al igual que las plantas y los árboles, que nos dan sombra, frutos, bienestar, preciosos paisajes, etc. ¿Cuándo hemos dedicado unas bonitas palabras a nuestros árboles?. Nuestros árboles del planeta. Se lo merecen.

Al final del día, solo sé que amo a todos los seres humanos, con los que estoy de acuerdo y con los que no estoy de acuerdo. También amo a todos los seres que he dañado y todos aquellos que me han dañado.

El amor, la palabra «amor» y todo su significado… suaviza nuestras tensiones. Si hay tensión en tu vida, siempre puedes poner más «suavizante». Puedes ir y contemplar un árbol y hablarle y abrazarlo, siempre te escuchará. Puedes disfrutar de momentos con animales, el amor que vuelcas en ellos y el amor incondicional que ellos vuelcan en ti, es el mejor «suavizante» del mundo.

El amor, las palabras sinceras y amorosas, suavizan y disuelven prácticamente todas las tensiones, todas las discusiones y todos los roces se pulen.

El amor es el suavizante que relaja la mente y deja que el corazón abierto se exprese… como lo hacen los animales con nosotros/as. Los animales, nuestros maestros de la inteligencia emocional, saben y expresan el amor en estado puro. Saben que es lo único importante y con su ejemplo nos lo demuestran. Sus «palabras» son afecto.

«Hasta que uno no ha amado un animal, una parte del alma sigue sin despertar.»

-Anatole France.

«Alguna gente habla a los animales. No muchos los escuchan. Ese es el problema.»

-A.A. Milne.